La celebración del primer centenario de la Independencia del Perú de la corona española, trajo la construcción de una serie de monumentos conmemorativos.
En 1921 se inauguró la Plaza San Martín, diseño de Manuel Piqueras Cotolí. Frente a esta se instaló la Carpa Pathé, el Palacio de Cartón, el Cinema Teatro Mundial.
Y no fue sino hasta 1924 que se inauguró el Gran Hotel Bolívar, obra de Rafael Marquina.
Para que el edificio fuera terminado según el tiempo programado, se contrató a más de 600 hombres para que trabajen 24 horas al día, y finalmente la obra se terminó de construir en el brevísimo plazo de seis meses.
El Bolívar fue parte de una serie de obras que intentaban modernizar la ciudad, y fue uno de los primeros que se construyeron alrededor de la plaza San Martín, creando el entorno y condicionó para las demás edificaciones a su expresión formal.
Su composición simétrica, balance de sus frente y la homogeneidad de tratamiento son características académicas, mientras que su expresión es barroca española.
Hacia la Plaza San Martin se ofrece el acceso a las circulaciones públicas encontrando una gran sala circular y una gran farola de vitrales con unas columnas jónicas.
La planta inicial comprendía doscientas habitaciones y el comedor principal podía atender a quinientas personas cómodamente instaladas: todos los salones se decoraron con un mobiliario lujosísimo, arañas de cristal, alfombras belgas y lámparas de alabastro.
El arquitecto Marquina dispuso todo el mobiliario original del hotel, el cual fue mandado hacer a Europa en la casa Waring & Gillow de Londres, Inglaterra y que se conserva hasta la fecha.